sábado, 7 de abril de 2018

Sol Invicto


27 de Julio de 2018
Tenía un poco olvidado mi diario pero creo que es útil, e incluso terapéutico, que recoja lo que viene sucediendo estos días en el mundo. Me estremezco al mencionar la palabra “mundo”, pero por muy grave que pueda parecer, es rigurosamente certera. Decía que sería terapéutico porque si todo esto pasa y todo vuelve a su ser, tendré (tendremos todos) que convencernos de que no ha sido una alucinación. Aunque realmente ¿quién sabe si lo es?


Ahora son las 8:00 de la mañana; hace unas cuatro horas (3:51 en mi reloj de mesa) se coló por mi ventana algo totalmente inesperado. Un rayo de sol. Aturdido me incorporé y mire al exterior. ¡No eran ni las cuatro de la mañana y ya estaba amaneciendo!  A las terrazas acudieron muchas personas para comprobar por sí mismas el prodigio. Vi muchas caras de confusión, de miedo; todo el mundo parecía empeñado en resolver el misterio de porqué sus relojes se habían estropeado todos al unísono. Ese misterio es mucho más fácil de asumir que el de que haya una anomalía astronómica de proporciones inimaginables.

Ahora, a las 8:02, me dispongo a ver las noticias. Como podía esperarse todo este trastorno horario ocurre a escala planetaria. Y la humanidad ha tardado bien poco en asimilarlo mal. En numerosas ciudades del mundo hay actos dementes, disturbios disparatados, gente agitada que prevé el fin de los tiempos. Por cierto, ya es comprobable que el sol está  exactamente en la misma posición en el cielo que hace cuatro horas. No avanza el “día”. Cada colectivo, según veo, entiende el caso de una forma bien distinta. Muchos líderes, y prácticamente todos los integristas religiosos, anuncian ya la ira de Dios. Armagedón. Por parte del judeocristianismo se recuerda el milagro de Josué en las murallas de Jericó, donde según la biblia el sol se detuvo en el cielo. Esto implicaría volver a antes de Galileo.
La comunidad científica pide tiempo para investigar lo que está pasando; sus principales baluartes son las estaciones de observación y los satélites. Quién sabe qué resultados arrojarán, porque nadie dice ni predice nada.

En menor grado algunos hablan de las consecuencias que esto tendrá a largo plazo. He oído de problemas con la fotosíntesis, problemas agrícolas, de raquitismo, hidrológicos, alimenticios, nerviosos… Pero todo esto no logra despejar la pregunta que unánimemente se hacen miles de millones de humanos ¿Por qué ocurre esto?

Son las ocho de la tarde y el mundo se está colapsando; la humanidad degenera rápidamente. Menudean los disturbios, agresiones y la paranoia. Desde mi ventana puedo ver desde gente arrodillada en plena calzada, que se arranca el pelo de pura desesperación, a todo tipo de asaltos a tiendas para conseguir suministros para… para lo que sea. He visto en un informativo que en muchos países se están sucediendo suicidios rituales, o (Dios mío) sacrificios humanos para aplacar a cualquier deidad a la que se crea responsable de esto. Ya no hay dirección en casi ningún sitio

28 de Julio de 2018  

Este diario será el último intento de preservar mi cordura. Son las 8:30 de la mañana. Todo sigue astronómicamente igual, lo que significa que todo va cada vez peor. En un alarde de la paranoia de la conspiración absolutamente descontrolada, varias naciones han amenazado con declararse la guerra, como si este demente signo de los tiempos fuera la señal de una maquinación política. Incluso ya hay algunas escaramuzas. Si aumenta la escalada de tensión, quién sabe dónde nos llevaría este vigor bélico. De hecho, en muchos lugares sagrados del mundo se está viviendo momentos muy tensos. Por ejemplo, tanto en Jerusalén como en El Vaticano, y en sitios significados de religiones de toda índole masas enardecidas provocan graves disturbios que han dejado un reguera de víctimas.

-¿Y yo? ¡Enloquezco!  Son las 14:27 ¡Solo veo sangre, destrucción, calamidades! Escribo esto dejando en el papel gruesos surcos hasta que el diario a veces se rompe. Por la ventana veo gente magullada o despavorida. Hace un momento un vecino del bloque de enfrente se ha ahorcado; he entrado en absoluto pavor. ¡Mierda, mierda, mierda! Me he atrincherado en casa como si un ejército de predadores fuera a asaltarme sin compasión, ni entendimiento. ¡¡Basta ya!! ¿Cuándo acabará esto?
Apenas si discierno algo. Muchos líderes religiosos están llamando a rezar colectivamente por la salvación del mundo y desde la O.N.U se ha hecho un llamamiento a la cordura. Sin embargo el tono era tan crispado que cualquier parecido con el aliento es pura ironía. 

Ya se habla de dos zonas: “Los Países del Sol” y “Los Países de la Penumbra” y un antagonismo enconadísimo se empieza a gestar. Entre disturbios locales y conflictos varios, las víctimas son millones. Estamos en la época en que La Tierra se detuvo. El Sol nos  sigue mirando Inmóvil. He llegado al límite de mi aguante, he…

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No sé qué momento es pero ¡es de noche! Me acabo de despertar y lo único que recuerdo es un mundo abrazando el apocalipsis. ¡Eran las 3:51 cuando he abierto los ojos! Es la hora a la que me desperté cuando… cuando todo cambió en el mundo. Dios mío, oigo gritos en la calle. ¿Qué pasará ahora?

Nadie se lo puede creer y yo no me siento capaz de explicarlo. No ha pasado nada… pero todos hemos soñado lo mismo. Hemos soñado que amanecía en plena madrugada y que La Tierra permanecía en la misma posición respecto al sol. Hemos soñado las mismas atrocidades, las mismas guerras, todos nos desvanecimos y al despertar volvimos al 27 de Julio. Por lo tanto no hay víctimas, pero todo el mundo está confuso y enloquecido. ¿Qué significa todo esto?

Ya más tranquilo, es mediodía, y mientras todos tratan de descifrar la pesadilla soñada yo reflexiono sobre una cuestión. Por mucho que no haya pasado nada ¿Qué dice esto de nosotros como civilización? ¿Podrá la humanidad volver al mirarse al espejo al ver cómo reaccionó? ¿Lo olvidará la gente y pensará que solo fue un sueño y que nadie hizo nada malo? Cuando todo el mundo piensa en el por qué, yo pienso en el qué.

Debo tener alguna laguna a raíz de todo esto, haciendo una inspección de cómo andaba mi casa, para haber si estaba todo en orden tras “el sueño”, he encontrado en la mesa de la cocina algo que no recuerdo haber visto nunca. Es un botecito blanco con pastillas en su interior y al lado hay una nota mecanografiada que dice así: “Al sujeto participante del ensayo del grupo experimental: esta nota le avisa de que está formando parte de un ensayo farmacéutico para testar un nuevo medicamento contra el insomnio. Estamos tratando de comprobar la persistencia de los efectos secundarios, que incluyen amnesia y paranoia. Si se encuentra desorientado o siente que padece lagunas inexplicables de memoria le aconsejamos que llame al número de teléfono incluido en esta nota. Le aconsejamos también que deje bien a la vista tanto las pastillas como la nota; en casos extraordinarios se pueden desarrollar los efectos indeseados de una extrema confusión y una muy poderosa amnesia…”

Dije que volví a retomar este diario para que quedara constancia de que los extraño prodigios que había visto y no perder demasiado la cordura. Ahora pongo en un lado de la balanza mis elucubraciones, mis filosofías sobre la conducta humana  y su mezquino comportamiento y en el otro un compuesto químico diseñado con el fin de aquietar la inquietud, adormecer y promover el descanso. Y aunque todo tenga ya visos de una explicación razonable, no sé cuál de las dos cosas pesa más.


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