27 de Julio de 2018
Tenía un poco olvidado mi diario
pero creo que es útil, e incluso terapéutico, que recoja lo que viene
sucediendo estos días en el mundo. Me estremezco al mencionar la palabra
“mundo”, pero por muy grave que pueda parecer, es rigurosamente certera. Decía
que sería terapéutico porque si todo esto pasa y todo vuelve a su ser, tendré
(tendremos todos) que convencernos de que no ha sido una alucinación. Aunque
realmente ¿quién sabe si lo es?
Ahora son las 8:00 de la mañana;
hace unas cuatro horas (3:51 en mi reloj de mesa) se coló por mi ventana algo
totalmente inesperado. Un rayo de sol. Aturdido me incorporé y mire al
exterior. ¡No eran ni las cuatro de la mañana y ya estaba amaneciendo! A las terrazas acudieron muchas personas para
comprobar por sí mismas el prodigio. Vi muchas caras de confusión, de miedo;
todo el mundo parecía empeñado en resolver el misterio de porqué sus relojes se
habían estropeado todos al unísono. Ese misterio es mucho más fácil de asumir
que el de que haya una anomalía astronómica de proporciones inimaginables.
Ahora, a las 8:02, me dispongo a
ver las noticias. Como podía esperarse todo este trastorno horario ocurre a
escala planetaria. Y la humanidad ha tardado bien poco en asimilarlo mal. En
numerosas ciudades del mundo hay actos dementes, disturbios disparatados, gente
agitada que prevé el fin de los tiempos. Por cierto, ya es comprobable que el
sol está exactamente en la misma
posición en el cielo que hace cuatro horas. No avanza el “día”. Cada colectivo,
según veo, entiende el caso de una forma bien distinta. Muchos líderes, y
prácticamente todos los integristas religiosos, anuncian ya la ira de Dios.
Armagedón. Por parte del judeocristianismo se recuerda el milagro de Josué en
las murallas de Jericó, donde según la biblia el sol se detuvo en el cielo.
Esto implicaría volver a antes de Galileo.
La comunidad científica pide
tiempo para investigar lo que está pasando; sus principales baluartes son las
estaciones de observación y los satélites. Quién sabe qué resultados arrojarán,
porque nadie dice ni predice nada.
En menor grado algunos hablan de las
consecuencias que esto tendrá a largo plazo. He oído de problemas con la
fotosíntesis, problemas agrícolas, de raquitismo, hidrológicos, alimenticios,
nerviosos… Pero todo esto no logra despejar la pregunta que unánimemente se
hacen miles de millones de humanos ¿Por qué ocurre esto?
Son las ocho de la tarde y el mundo
se está colapsando; la humanidad degenera rápidamente. Menudean los disturbios,
agresiones y la paranoia. Desde mi ventana puedo ver desde gente arrodillada en
plena calzada, que se arranca el pelo de pura desesperación, a todo tipo de
asaltos a tiendas para conseguir suministros para… para lo que sea. He visto en
un informativo que en muchos países se están sucediendo suicidios rituales, o
(Dios mío) sacrificios humanos para aplacar a cualquier deidad a la que se crea
responsable de esto. Ya no hay dirección en casi ningún sitio
28 de Julio de 2018
Este diario será el último
intento de preservar mi cordura. Son las 8:30 de la mañana. Todo sigue
astronómicamente igual, lo que significa que todo va cada vez peor. En un
alarde de la paranoia de la conspiración absolutamente descontrolada, varias
naciones han amenazado con declararse la guerra, como si este demente signo de
los tiempos fuera la señal de una maquinación política. Incluso ya hay algunas
escaramuzas. Si aumenta la escalada de tensión, quién sabe dónde nos llevaría
este vigor bélico. De hecho, en muchos lugares sagrados del mundo se está viviendo
momentos muy tensos. Por ejemplo, tanto en Jerusalén como en El Vaticano, y en
sitios significados de religiones de toda índole masas enardecidas provocan
graves disturbios que han dejado un reguera de víctimas.
-¿Y yo? ¡Enloquezco! Son las 14:27 ¡Solo veo sangre, destrucción,
calamidades! Escribo esto dejando en el papel gruesos surcos hasta que el
diario a veces se rompe. Por la ventana veo gente magullada o despavorida. Hace
un momento un vecino del bloque de enfrente se ha ahorcado; he entrado en
absoluto pavor. ¡Mierda, mierda, mierda! Me he atrincherado en casa como si un
ejército de predadores fuera a asaltarme sin compasión, ni entendimiento.
¡¡Basta ya!! ¿Cuándo acabará esto?
Apenas si discierno algo. Muchos
líderes religiosos están llamando a rezar colectivamente por la salvación del
mundo y desde la O.N.U se ha hecho un llamamiento a la cordura. Sin embargo el
tono era tan crispado que cualquier parecido con el aliento es pura ironía.
Ya
se habla de dos zonas: “Los Países del Sol” y “Los Países de la Penumbra” y un
antagonismo enconadísimo se empieza a gestar. Entre disturbios locales y
conflictos varios, las víctimas son millones. Estamos en la época en que La
Tierra se detuvo. El Sol nos sigue
mirando Inmóvil. He llegado al límite de mi aguante, he…
??????
No sé qué momento es pero ¡es de
noche! Me acabo de despertar y lo único que recuerdo es un mundo abrazando el
apocalipsis. ¡Eran las 3:51 cuando he abierto los ojos! Es la hora a la que me
desperté cuando… cuando todo cambió en el mundo. Dios mío, oigo gritos en la
calle. ¿Qué pasará ahora?
Nadie se lo puede creer y yo no
me siento capaz de explicarlo. No ha pasado nada… pero todos hemos soñado lo
mismo. Hemos soñado que amanecía en plena madrugada y que La Tierra permanecía
en la misma posición respecto al sol. Hemos soñado las mismas atrocidades, las
mismas guerras, todos nos desvanecimos y al despertar volvimos al 27 de Julio.
Por lo tanto no hay víctimas, pero todo el mundo está confuso y enloquecido.
¿Qué significa todo esto?
Ya más tranquilo, es mediodía, y
mientras todos tratan de descifrar la pesadilla soñada yo reflexiono sobre una
cuestión. Por mucho que no haya pasado nada ¿Qué dice esto de nosotros como
civilización? ¿Podrá la humanidad volver al mirarse al espejo al ver cómo
reaccionó? ¿Lo olvidará la gente y pensará que solo fue un sueño y que nadie
hizo nada malo? Cuando todo el mundo piensa en el por qué, yo pienso en el qué.
Debo tener alguna laguna a raíz
de todo esto, haciendo una inspección de cómo andaba mi casa, para haber si
estaba todo en orden tras “el sueño”, he encontrado en la mesa de la cocina
algo que no recuerdo haber visto nunca. Es un botecito blanco con pastillas en
su interior y al lado hay una nota mecanografiada que dice así: “Al sujeto
participante del ensayo del grupo experimental: esta nota le avisa de que está
formando parte de un ensayo farmacéutico para testar un nuevo medicamento
contra el insomnio. Estamos tratando de comprobar la persistencia de los
efectos secundarios, que incluyen amnesia y paranoia. Si se encuentra
desorientado o siente que padece lagunas inexplicables de memoria le
aconsejamos que llame al número de teléfono incluido en esta nota. Le
aconsejamos también que deje bien a la vista tanto las pastillas como la nota;
en casos extraordinarios se pueden desarrollar los efectos indeseados de una
extrema confusión y una muy poderosa amnesia…”
Dije que volví a retomar este
diario para que quedara constancia de que los extraño prodigios que había visto
y no perder demasiado la cordura. Ahora pongo en un lado de la balanza mis
elucubraciones, mis filosofías sobre la conducta humana y su mezquino comportamiento y en el otro un
compuesto químico diseñado con el fin de aquietar la inquietud, adormecer y
promover el descanso. Y aunque todo tenga ya visos de una explicación
razonable, no sé cuál de las dos cosas pesa más.
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