Amanecer en el Departamento de
Recursos y Distribución se le antojó deprimente a Miguel Ureña. Bien podría ser
por la tempranísima hora a la que había sido citado o por la adustez del
tiempo; gris, desangelado, lluvioso. La lluvia. Ya nadie concebía un mundo sin
lluvia. Sin embargo Miguel tiene mucho más de que preocuparse. Ha sido citado para
conocer las notas de las recientes Pruebas de Aptitudes y Selección (P.A.S) que
en buena manera determinarán su futuro. La sala de espera es de un aspecto tan
aséptico, tan funcional, que es imposible encontrar un elemento que no sea
rectilíneo.
Miguel se encontraba mirando la
sempiterna lluvia a través de una reducida ventana cuando una voz le llamó
anunciándole su turno.
-Expediente 50221.
Un hombre taciturno, impasible y
correctísimamente trajeado llamó por el Número de Identificación de Opositor.
“No pasa nada –pensó Miguel-, quizá ni siquiera me haga falta un nombre.
Siguió con desgana al hombre
trajeado hasta una sala amplia, excesivamente iluminada y ocupada en su pared
posterior por una especie de estrado regentado tres por personas con aspecto de doctos y
respetabilísimos señores. El del centró habló.
-Buenos días, señor Ureña.
Expediente 50221. Soy el Oficial Científico designado por el Departamento de
Recursos y Distribución para ejercer de evaluador de su desempeño en las P.A.S.
Sus calificaciones ya son definitivas y celebramos esta vista para trasmitirle
los resultados. Antes de proceder a su lectura, el magistrado representante del
Ministerio de Justicia le recordará las consecuencias de esta oposición.
Tras decir esto, miró a su derecha para
presentar a otro ilustre señor.
-Seré muy breve, 50221. Como bien
sabe, desde La Gran Carestía, la mayoría de países han suscrito convenios neomalthusianos, donde se da por sentado que los recursos
indispensables para la supervivencia crecen a un ritmo notablemente menor que
la demografía. Esto lo supimos dramáticamente hace unas décadas. La Gran
Carestía mató a millones de personas, primero por hambre y luego por las luchas
por los recursos.
-Estoy opositando para poder
seguir con vida. Ya lo sé.
El letrado, continuó con su
perorata; cada vez más admonitoria.
-Pues debe saber el fundamento
también. Los acuerdos neomalthusianos obligan a los países a controlar el
número de individuos en diversos rangos de edad. El suyo comprende desde los
veinte a los cuarenta años. Cuando ciertos límites se sobrepasan, los
individuos de ese rango deberán pasar unas pruebas y los que pasen un corte
podrán seguir viviendo. Los que no, son suprimidos. Los no aptos.
-Pena de muerte.
-No lo entiende todavía, 50221.
En efecto, los no aptos son ejecutados. Pero si no hiciéramos esto, las
subsiguientes guerras por alimentos y fuentes de energía originarían muchas más
víctimas. Los intentos de control de natalidad no surgieron suficiente efecto,
de algún modo la vida seguía sobrepasándonos.
- 50221, hemos de proceder a la
lectura de su evaluación. Hemos tenido en cuenta todas las pruebas físicas
aeróbicas y anaeróbicas, los chequeos de salud, las pruebas psicotécnicas e
intelectuales y el índice de utilidad económicas. Ésta última quizá deba serle
explicada.
-No sé lo que es.
-Correlacionamos todos los gastos
que ha invertido el Estado en su desarrollo como persona útil para la sociedad:
pruebas médicas, gastos en educación, en transporte… y muchas situaciones más,
con lo que usted ha aportado a nuestro avance: impuestos y producción, sobre todo.
Las personas, en nuestro mundo de hoy, son inversiones; no solo han de ser las
más aptas, también han de ser rentables. Y usted no lo es, su ratio de
eficiencia económica es de un -1,3%. Ligeramente negativo.
-Yo creía haber trabajado bien.
-Una vez acabe la vista se le
facilitarán los datos de cálculo. No es muy probable que haya fallos. En cuanto
a las pruebas físicas e intelectivas, siento decirle que son igualmente
insuficientes. Teniendo en cuenta que, en esta circunscripción provincial, han
de sobrevivir los 20% más aptos, la nota conjunta de corte es de 89,47. Todos
los que puntúen por debajo, serán ejecutados. Su puntuación ha sido de 79,42.
Un silencio casi como hecho de
argamasa recorrió la sala. Miguel nunca fue un hombre ni de palabras, ni de
emociones. Sin embargo una lágrima fue cayendo por su rostro sin que él hiciera
ademán de limpiársela. Parecía una brecha vertical de plata.
-¿Voy a morir?
-Lo lamento, 50221. Es inútil,
por experiencias anteriores, prolongar la vista. Hago entrega a mi colega
jurídico, aquí presente, del dictamen científico de “persona sacrificable”. Es
él en última instancia el que dará validez legal a todo el proceso. Da fe de
todo ello el delegado notarial del Departamento, también aquí presente. 50221,
se le concede una semana para la revisión de todos los resultados. Lo hará en
su casa bajo arresto domiciliario y le acompañarán varios catedráticos para
ayudarle. Pasado ese plazo, podrá presentar una alegación. Se le responderá en
el curso de un mes. Después se ejecutará lo que haya de hacerse. Buenos días.
La eficiencia del Estado hizo que
poca más de un mes más tarde Miguel estuviese en una celda esperando su
ejecución junto a un alguacil.
-¿Podrán avisar a mi padres? Hace
mucho que no los veo. Los trasladaron a la Región Nordeste de Producción.
-Claro, hay notificaciones
estándar para ello
-Somos los mesías.
-¿Perdón?
-¿No dicen de Cristo que vino al
mundo para cargar con los pecados de los hombres? Pues los ejecutados cargamos
con los pecados de nuestros insensatos y egoístas ancestros y con los de los
crueles y tiránicos de nuestros contemporáneos. ¿Qué diría hoy Jefferson?
“Todos los hombres son creados iguales”. Pero lo que cargamos con los delitos,
errores y pecados de las humanidad somos nosotros. Los que vamos a morir.
-Por favor ingiera el contenido
de esta ampolla. Es lo que llamamos muerte por adormecimiento, la somnolencia
le irá invadiendo y morirá sin ningún dolor. Cualquier última voluntad
indíquemela por favor, yo he de dejarle solo.
-Digan a mis padres esto: “Creo
que vuestro hijo ha fallado. Perdonadme”
-Así lo haremos. Ahora, relájese
y duerma.
¡Ay! En mi blog también incluyo algún relato que otro: ¡me encanta leer y escribir; y si encima lo comparto y gusta...! Suerte en el concurso. Yo voy por Solidaridad, pero incluyo literatura, música, ciencia, curiosidades, denuncia de injusticias... Un poco de todo. ¡Y qué bien lo paso escribiendo! Aquí lo veis. Gracias.
ResponderEliminarHola Euterpe
Eliminar¡Gracias por la visita! Le voy a echar un vistazo a tu blog. Tienes toda la razón, escribir, leer y escuchar música son de las cosas más disfrutables que se pueden hacer.
¡Muchas suerte a ti también!