Eduardo, como anfitrión y
principal sufridor, respondió un tanto herido en su pundonor.
-Pues solamente se me ocurren dos
cosas, doctor. O bien estamos chiflados ambos o bien hemos mentido como
auténticos bellacos. Dígame qué insinuación es la suya y ya le responderé.
-No creo que sea necesario agotar
las hipótesis en esas dos variables. Una de las cosas que me sorprenden, la
verdad sea dicha, es que a pesar de haber visto dos cosas muy distintas, ambas
tienen algo en común. Los sentimientos que provocan. En el caso de Eduardo
sabemos que los sentimientos son de miedo y culpa, ¿no es cierto?